Hermano Mayor; las cámaras 

(versión jornadas online)

  • En esta entrada se hablará de un tema, el cual si eres profesor o estudiante, seguro que como poco te sonará. La pandemia ha modificado en gran medida nuestras vidas, desde actividades tan complejas como viajar hasta la más mínima salida a comprar el pan y en el ámbito escolar no ha sido menos. Tanto institutos como universidades se han visto obligados a replantear su sistema de enseñanza prácticamente entero, partiendo desde cómo organizar el curso contando con el tiempo perdido, con posibles futuras cuarentenas o poner en peligro su propia salud, hasta cómo dar la propia clase de manera que pueda llegar de la mejor manera posible a todos, los que están allí presencialmente y los que se conectan desde sus casas. Esto lleva siendo así desde inicio de este curso 2021, sin embargo, recientemente se les ha pedido a los alumnos que activen sus cámaras durante las horas online, provocando la queja de muchos de estos alumnos, ¿pero por qué?
En este caso daré íntegramente mi punto de vista (contando ya con comentarios y opiniones que he escuchado y mi propia experiencia).

Digamos que hoy en día muchos estudiantes no son lo suficientemente responsables como para prestar atención a las clases desde el resguardo, seguridad e intimidad de sus casas, cosa a la que se han acostumbrado durante meses. Ahora nos piden poner la cámara demostrando que los propios profesores saben que no somos completamente de fiar y que en muchas ocasiones es bastante probable que estemos conectados en la clase virtual pero que ni siquiera estemos delante de la pantalla y nos encontremos en otra habitación o a otras cosas (cosa completamente obvia y que es verdad, todos en algún momento hemos dejado al profesor de turno hablando mientras nos poníamos a nuestras cosas). El problema llega cuando muchas personas se sienten ofendidas o atacadas cuando les piden que activen la cámara aunque tan sólo sea durante unos minutos, dando la razón a los profesores. 
Muchos coinciden en que es una violación de la privacidad ya que se puede ver la parte de la parte de nuestra casa en la que nos encontremos, sin embargo, este razonamiento lejos de ser válido, se puede tirar abajo con dos sencillos "toques de ratón" ya que la plataforma en la que se dan las clases online disponen de fondos personalizables para que se nos vea sólo a nosotros y también se puede desenfocar el fondo (otras lo que hacemos es aprovechar la disposición de los muebles de nuestra habitación para usar el contraluz y que sólo se vea nuestra silueta). 

Desde mi punto de vista este tema tiene mucho que ver con el caso del Hermano Mayor de 1984; el tener la cámara puesta obliga a los alumnos a tener un comportamiento y unos gestos determinados (los que se creen adecuados para esa situación), privándoles de esa pseudo-libertad que sienten desde sus casas al saber que una vez vuelvan a clase pueden pedirle al profesor de turno que repita lo que dio el día anterior porque desde casa se escucha mal (eso es verdad, en muchas ocasiones se escucha bastante mal, y es más fácil apuntar lo que gritan los niños en el patio o cuántos coches pasan por la calle que lo que el propio profesor está diciendo). Pero creo que es eso, al saber que alguien les observa se sienten obligados a modificar su conducta y a colocarse en la posición en la que les salga menos papada, porque tal y como es obvio, en cualquier momento otro alumno o alumna puede poner su cara a pantalla completa y sacar una foto o grabar un vídeo.

También es verdad que al asistir de forma presencial, es bastante más difícil despistarte o perder el hilo de la clase (a no ser que tu mesa esté junto a la ventana), ya que la presencia del resto de alumnos y de los propios profesores nos engancha a la clase, sin embargo, en casa tan sólo se cuenta con un portátil, teléfono o tablet, lo que quiero decir es que esa ausencia de personas físicas y nuestro entorno habitual (zona de confort) nos hacen más propicios a distraernos y sentir esas clases como horas vacías, desanimándonos y perdiendo en muchas ocasiones el interés de lo que nos dice el portátil.





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