¿Es igual una clase presencial que una online?

¿Se aprende lo mismo? ¿Cuál es mejor?


El COVID 19 ha obligado a la población mundial a cambiar su forma de vida al completo, y por ello a iniciar la búsqueda de una nueva realidad que se adapte a las nuevas condiciones de vida que se han de aplicar al día a día.

Dentro de esa nueva realidad entra la modificación de las clases, o al menos de la forma de impartirlas. En un inicio se mandó a todos los estudiantes a sus casas (confinamiento), lo que obligó a terminar el curso de forma telemática desde sus casas. Este curso las clases se han iniciado en jornadas semipresenciales (eliminando el tiempo que se dedicaba al recreo/descanso de media hora que había pasadas las primeras tres clases para luego reincorporarse a las tres siguientes horas), en las que la mitad de la clase acude al instituto durante las tres primeras horas mientras la otra mitad permanece en casa conectados online para luego ir en las tres últimas horas intercambiándose por la otra mitad.

Y obviamente han surgido distintas posturas frente a esta nueva medida, sin embargo, en esta ocasión no se hablará de las distintas medidas, nos centraremos en las diferencias que hay entre una clase a distancia (online).

En esta ocasión hablaré en gran medida desde la experiencia personal y la experiencia de amigos y amigas.

  • Frente a la gran duda de si una clase presencial es igual a una online se puede dar una respuesta bastante obvia; no. De hecho el que estemos asistiendo al instituto en jornadas semipresenciales es la prueba irrefutable de que es así, 15 alumnos permanecen en casa viendo la clase a distancia mientras otros 15 se encuentran en la clase, todos ellos están siendo sometidos al mismo estímulo, a la misma clase, a la misma información y sin embargo los que se encuentran de forma presencial son capaces de seguir la clase con mayor facilidad y comodidad. Todos hemos estado asistiendo por la mañana y por la tarde, todos hemos asistido presencial y online a todas las asignaturas, y en todas ellas se repite ese hecho.

Ahora es cuando hay que tener en cuenta la situación de cada alumno y alumna. A una clase presencial pueden acceder todos, ya vivan lejos, cerca, tengan los ojos azules, marrones, perro o no, mientras que a la hora de conectarse online no todos contamos con las mismas facilidades. En mi caso cuento con un portátil propio y otro familiar que es el que utiliza mi hermano, pero soy consciente de que hay casos en los que hay un portátil para toda la familia o que no tienen una buena conexión a internet, lo que les dificulta el seguimiento de las clases.

También hay que contra con que estando en casa las distracciones con notablemente mayores que en el propio instituto , lo que hace más probable que termines "desconectando" en algún momento y te pierdas.

Desde mi punto de vista hay que tener en cuenta la comodidad de dar las clases desde casa, el problema llega cuando tenemos que ir de casa al instituto y viceversa. Creo que está bien adaptarse a las circunstancias, pero sinceramente creo que esta medida nos perjudica bastante a todos en general aunque sobre todo a los alumnos a la hora de seguir la clase. Es bastante obvio que las clases presenciales son mucho mas productivas y útiles, nos es mas fácil aprender y preguntar nuestras dudas, además de que nos obligan a salir de nuestras casas y prestar atención en un ambiente distinto al habitual que suponen nuestras casas o habitaciones.


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